El amor de Dios reflejado en la naturaleza, Divino regalo de Dios.

 

Por Pedro Reynoso.

En la tarde fresca de un hermoso día del mes de junio, sentado, muy cómodo, por demás, recostado, tranquilo,  en medio de la puerta de la cocina de mi casa, en silencio observo la grandeza de Dios, reflejada en cada árbol frente a mi.


Es interesante ver la belleza en las plantaciones de maíz, que crece con fuerza, alimentado por la tierra que a su vez lo sostiene firme hasta dar el fruto esperado por el agriltor que plantó la semilla con la esperanza de un día degustar del sabor del buen grano. 

Ademas del maíz, en un


corto espacio de terreno del.patio de la casa, bien distribuido, se alza una mata de coco, que por su altura, no se puede ver su fruto.

En el sembradio, se destaca una mata de auyama, que pretende ahogar toda plantación a su alcance, lechosa,  Cereza, tayota, limonsillo,  chinola y una mata de aguacate que por la carga que tiene, parece que una de sus ramas muy pronto se va a quebrar.

Todo esto crea una hermosa vista digna de contemplar y reconocer la grandeza de nuestro Dios, que además del aire puro que se respira en este ambiente, nos regala los alimentos atravez de esta diversidad de plantas.

¡Que bueno es Dios!.






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